miércoles, 23 de mayo de 2012

La Gota

            Estoy  encadenado de los brazos y piernas, me sostienen de forma horizontal como si estuviera acostado, no tengo sensación del suelo, ni del techo ni de las paredes, todo el cuarto, está en completa oscuridad, no puedo observar ni siquiera mi cuerpo, pareciera que estoy flotando en un abismo, no veo nada, todo está en completa oscuridad.
            No sé cuánto tiempo tengo de estar aquí, me siento desorientado, creo que es de día y tendré unos dos o tres días, pero realmente no lo sé, lo único que siento es la presión de las cadenas en mis muñecas y en mis tobillos, pero ahora no es tan fuerte como antes parece que me estoy acostumbrando a ello.  También siento una gota de agua caer directamente en mi pecho, en el centro, en el esternón, es agradable, refresca la sed que me está provocando el calor de este cuarto.
            Me  he estado desmayado algunas veces.  La última vez que desperté me encontré con una gota, al principio cuando esta caía salpicaba unas gotas pequeñas que capturaba con mis labios, eran las únicas que tenía para calmar la sed que me provocaba el calor de este abismo o cuarto.  También adormilaban un poco el hambre que tenía.  Ahora, en estos instantes, la gota es desesperante, golpea mi pecho y cuando lo hace es horrible.  Es angustiante tener algo que te gusta, que agrada pero que a la vez te desespera porque te desgarra, poco a poco.
A veces pienso o hablo, no lo sé.
            Acabo de despertar.  No sé como he podido dormir con este malestar incesante, me está doliendo y arde terriblemente, es como si me quemarán un poco y después me acariciarán con fuerza, con saña, esa quemadura.  Sé que me quieren matar.  ¡Hijos de puta, sé que me quieren matar! ¡Mierdas!... pero... no lo sé, tal vez esperan que confiese algo, pero ¿Qué?... No lo sé..., al principio la gota adormeció la región pero cuando empezó a perforar mi piel, ese lugar comenzó a arderme, a quemarme, a torturarme incesantemente. ¡¿Qué quieren hijos de puta?! ¡¿Qué quieren mierdas?! ¡¿Qué quieren?!
            Es extraño, no sé cuánto tiempo llevo despierto y pensando o hablando, es difícil distinguir entre este lugar y los sueños.  La gota ya no cae más, ha dejado de caer, tal vez por eso creo que estoy soñando, ya no siento la gota, pero me ha perforado un poco el pecho, llego tal vez hasta el hueso pero no llego más allá, eso creo, con la oscuridad que hay no veo como tengo el pecho.   Algo viene, por favor que no sea la gota de nuevo, que no sea eso.  Algo calló en mi estomago, no sé, no sé, ¡Es una rata, la siento caminar!  No la veo, solo la siento, siento sus uñas en mí, su cuerpo es inmenso.  Puedo imaginármela hambrienta, buscando alimento con sus ojos.  ¡No, No, ha olfateado mi herida, camina hacia ella, la siento caminar! ¡No, por favor, hablaré! ¡Sí, Hablaré...!
            No se qué pasó, solo siento como la rata roe mi pecho, como si fuera de otra persona pero es mi cuerpo. ¡Mierda me voy a morir! ¡ja, ja, ja! ¡Me voy morir, Ja, ja, ja!...


imagen: http://sp0.fotolog.com/photo/48/0/116/sergio1936/1213092274543_f.jpg

domingo, 13 de mayo de 2012

La Segunda Vez

      Esta segunda vez fue diferente: nadie creyó que él era el elegido.  Fue abandonado en un hogar de enfermos mentales, antiguo Federico Mora, y fue utilizado como conejillo de indias por médicos Extranjeros.

imagen: http://pocamadrenews.files.wordpress.com/2010/10/tuskegee.jpg