Estaba lejos de encontrar el antídoto, había experimentado
con muchos tipos de seres pero con ninguno había resultado. A pesar de eso se esforzaba para encontrarlo
lo más rápidamente posible porque la transmisión de la enfermedad era muy contagiosa.
Ya había dejado de viajar a su casa y de visitar a sus
amigos para poder dedicarle más tiempo a la investigación, aunque ya muchos
habían muerto. Era muy seguro que ella
era la única que podía encontrar la solución a todo este problema.
-Es ahora no nunca- lo dijo en voz alta para sí misma.
Se inyectó la vacuna y abrió la puerta de la
habitación que conducía hacia donde estaban todos los enfermos y los muertos.imagen: https://estateunrato.files.wordpress.com/2014/12/medicina-antigua-1.jpg