viernes, 30 de octubre de 2009

Asuntos Familiares

i
— ¿Papá?… ¿Me compras una mascota?— dijo clavando sus ojos grandes de color negro en los del padre, este soltó un suspiro, era imposible negarle algo a la pequeña de esa manera.
—Vamos pues… eso sí, solo puedo comprarte una pequeña y no muy costosa— caminaron por las calles laberínticas y coloridas de la ciudad, hasta llegar a la tienda de mascotas más cercana.
A Ruth se le transformó el rostro, brillaba de alegría al ver a todas las mascotas, saltaba de un lado a otro, se entretenía con una y corría atravesando la tienda a observar a otra, le daba comida, las tocaba, se encontraba excitada.
— ¿Te decidiste por una? — Preguntó Javier.
— ¡Sí!... ¡me llevo este…!— dijo tirándose al cuerpo del papá.
Salieron los dos. El padre tomaba a Ruth de la mano, mientras ella tenía una cuerda que sostenía un carrito de color rojo por el camino.

ii
Pedrito era el último de todos los hijos que había tenido aquella familia y ya no aguantaba más, estaba muriendo, no tenía fuerzas para nada, su rostro no mostraba expresión alguna, estaba vacía, el hambre se lleva todo, hasta las emociones más primitivas.
Los perros desde lejos empezaron a acercarse, lo habían olfateado y también querían comer, pero el padre llegó antes con un cuchillo afilado y los ahuyentó.
—Bueno… ¿Y ahora qué? — Le gritó a su mujer antes de empezar a desmembrar a su hijo para cocinarlo y dárselo a los otros pequeños que morían también.

iii
—¡Esto es una mierda! —decía el papá de la pequeña niña cuando se presentó a la procuraduría. —El Profesor Julio Hérnandez se acostó con mi hija—.
En un rincón del salón oscuro la niña y su madre esperaban al padre para ver que decía la autoridad. A la niña le salía una sonrisita traviesa, infantil, curiosa por todo el alborto que se estaba armando.—Llene esta hoja y espere a que lo llamemos, —dijo el encargado de la ventanilla, en ese momento miró la sonrisa de la pequeña. —pero mire don, con esa sonrisa de puta ¿Qué esperaba? —
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2 comentarios:

Equipo de Bitácora (M-L) dijo...

Un relato bien conseguido… una buena prosa… invita a seguir leyendo…

Begoña Borgoña dijo...

Creo que las ideas son buenas, mas creo que a los textos les falta ser revisados con mayor detenimiento, sobran palabras y explicaciones para que los cuentos, que son cortos, queden más contundentes. Por ejemplo, quedaría bien una elipsis en el del niño que es entregado como comida a sus hermanos. Te felicito y te envío un cordial saludo.