jueves, 28 de abril de 2016

Raquel



Algunos días la mamá se levantaba a limpiar los rastros de sangre que había en el piso.  Regañaba fuertemente a los gemelos porque siempre habían sido traviesos, claro que ahora se escabullían detrás de la falda de ella negando todo.  Nadie les creía y sonreían porque era la actuación más real:

-Es la huésped que dejaste entrar- decían con mucha veracidad.

Las noches de aquellos días los gemelos huían a la habitación de su madre, se cubrían con las cobijas y lloraban porque decía que la niña llamada Raquel había vuelto a dejar las huellas de su asesinato en el piso.  La mamá sonreía amorosamente, los abrazaba mientras sus pies sangraban.

imagen: http://www.ikerjimenez.com/blog/imagenes/valor-de-la-sangre-milenio3-11x05.jpg

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