jueves, 8 de septiembre de 2011

Después del Trabajo

— ¿Qué querrá ese hijueputa otra vez?—murmuró Magdalena a Esteban.  Él siempre había estado a su lado, habían sido inseparables desde que nació.
      Escucharon el sonido de las llaves y el click de la chapa al quitar el seguro.  Una tenue luz se hizo cada vez más grande a medida que se abría la puerta.  Entró Don Carlos, con el pantalón y la camisa de tela gastados por el uso en el trabajo mal remunerado.  Tosió fuerte, como le había enseñado a todos sus hijos, anunciando su llegada y luego haló el gargajo con toda su fuerza para escupirlo al suelo, era como marcar, como lo hacen los perros al orinar, era una señal territorial.
— Ya me dio miedo Esteban, ¿Qué querrá el cerote ahora?—murmuró Magdalena nuevamente.  Esteban no podía dejar de llorar, estaba petrificado, quería correr pero hacía mucho que no podía.
      Don Carlos se acercó al rostro de Esteban gritándole con un brazo levantado sosteniendo una Biblia: — ¡Deja de hablar como mujer, marica de mierda! ¡Y quítate ese vestido de puta, qué tu madre ya está muerta!—




imagen: http://farm2.static.flickr.com/1048/1435305228_10abaf9298.jpg

1 comentario:

Kadath dijo...

Es uno de los mejores que te he leído!!! Creo que va a entrar en la lista de los favoritos, y el final mucho mejor!!!